En 2018, tuvimos el honor de trabajar en una impresionante videoinstalación de cinco canales llamada "Addressable Volume" con una duración de 4:45 minutos. La artista Edith Kollath, conocida por sus conceptos profundos e innovadores, se dirigió a nosotros con una visión fascinante.
Respirar significa vitalidad. Pero la respiración también nos asegura la presencia, el calor y la inmediatez de la otra persona. El aire no sólo se mueve dentro de nosotros, sino también entre nosotros. ¿Cómo se puede visualizar esto? En el arte del soplado de vidrio, los cuerpos se moldean con la ayuda del aliento que se escapa, cuerpos que lo envuelven. En el vídeo, escenas de un taller de soplado de vidrio se ensamblan de tal manera que las burbujas de vidrio, con su creciente expansión hasta estallar, simbolizan el ciclo dividido de la respiración. La aparente inmaterialidad del aire se vuelve tan poderosa que la pared de cristal se vuelve más fina y frágil y debe necesariamente destruirse para liberar el valioso contenido para el otro.
Nuestra colaboración con Edith Kollath, el soplador de vidrio Ralf Reichert, el cámara Heiko Rahnenführer y otros artistas y técnicos de talento nos llevó a una idea innovadora: instalar cinco grandes pantallas en semicírculo y hacer que los protagonistas, entre los que se encontraban los renombrados actores Ursula Werner (Wolke 9) y Tom Wlaschiha (Juego de Tronos, Stranger Things), interactuaran de una pantalla a otra e incluso a través del auditorio.
El concepto original de la artista y el director de fotografía era que las burbujas aparecieran pequeñas en la boca y luego explotaran en la habitación. Maxim Matthew, nuestro artista de efectos visuales, tomó la visión de Edith y le dio una profundidad y claridad especiales a través de meses de minucioso trabajo de composición. Su estilo característico, sobre todo en cuanto a capas y color, dio a la película un toque único sin desvirtuar la visión original de la artista.
Añadimos varias capas sobre el material original, incluidas manchas de polvo, zonas difuminadas y huellas dactilares. Cada capa está espaciada en el espacio 3D y se mueve con un ligero paralaje. Los planos de quemaduras de películas antiguas y fugas de luz, integrados en el frío mundo cromático del proyecto, aportan la capa final y un dinamismo adicional.
Para dar más profundidad a las partículas, Maxim utilizó una técnica que lleva años empleando en varios vídeos musicales. Las partículas adicionales renderizadas en 3D se transformaron en un bonito bokeh utilizando desenfoques de lente de cámara.
Debido a su impresionante tamaño de 19200×2160 píxeles (5x 4K), el gran número de capas y los pasos de posproducción, la película se renderiza tres veces en cinco películas separadas, que luego se proyectan de forma sincronizada en las pantallas. Para renderizar toda la película con todos los ajustes y efectos, necesitamos hasta 86 horas.
El proyecto contó con el amable apoyo del Goethe-Institut Australia apoyado.
2022 emitido en Museo de Arte BonnEl mundo en la balanza